lunes, 5 de agosto de 2019

Thom Yorke - ANIMA (2019)

ANIMA es el cuarto álbum de estudio y trabajo en solitario del líder de Radiohead, Thom Yorke. ANIMA es su proyecto con menos influencia de dicha banda, mientras que en álbumes anteriores observabamos hasta como los sintetizadores y transiciones digitales junto a diferentes instrumentos sonaba similar a trabajos de la banda, en este álbum se puede ver una soltura más dinámica y personal en cuanto al sonido y juego de sintetizadores que aquí ganan un sonido más futurista y áspero, también incluyo que difieren las diferentes composiciones dentro de las canciones. ANIMA fue lanzado también con un cortometraje de Netflix a cargo de Paul Thomas Anderson, el 27 de Junio de 2019.

Glitch Pop, IDM, Ambient Pop
XL Recordings 

Mi Calificación: 3,5 / 5 Estrellas
Mejores Canciones: Twist, Dawn Chorus, Not The News, Impossible Knots


El álbum es se molda dentro de un paisaje constantemente transitorio en donde la sensibilidad y la mirada fría de Yorke con su temblorosa voz, a veces inspirada otras veces más depresiva y hasta por momentos la podemos escuchar digitalmente distorsionada, se apoya en la producción del siempre cercano al artista Nigel Godrich que lleva a ANIMA, junto con la Orquesta Contemporánea de Londres, a un punto vanguardista y complejo más allá de cualquier álbum anterior al artista asemejándose al nivel de The Eraser (2006) con aspectos más modernos y futuristas como lo podemos ver en el increíble final de la canción Twist, durante todo Dawn Chorus y en Not The News e Impossible Knots como puntos más fuertes del mismo que hacen que el álbum sea un trabajo más completo por ejemplo que Tomorrow Modern's Boxes editado en 2014.
A pesar de esto, el trago agridulce que me deja ANIMA es sin dudas la espera de un álbum con constantes sorpresas. El camino que eligio el productor aquí, es el mismo pero con canciones que vienen cargadas de diferentes capas de sonidos electrónicos a pesar de que sigue siendo siendo siempre la misma idea final, los caminos de los álbumes de Yorke siempre nos terminan llevando a un mismo camino, un paraje ficticio en donde habita la intimidad del artista siendo relatada con una ambientación digital que aquí solo difiere en que se ha vuelto más detallada y enredada artificialmente.
Los encuentros entre el piano, las capas de sintetizadores ásperas y la lluvia de sonidos repentinos dejan a veces el sentido de que siempre se esta volviendo a algo repetitivo. Sin embargo, el hecho de que siempre se renombre la profundidad de la mente de un genio me da como resultado que solo por el hecho de ser Yorke, se vuelve algo interesante. Mas allá de esto, en este tiempo en el que no han trabajado juntos, concretamente desde 2016 cuando se lanzó el último álbum de Radiohead, Godrich siguió creciendo en soledad como un gran productor. La realidad es que esperaba con ansias algo más de este álbum, sin embargo, es el álbum más elegante del artista.

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